Llamo «ilustraciones de mili» a aquellas que no tienen ninguna finalidad de por sí. Son de prueba o de entrenamiento. La primera, con tinta china con lápiz de color, me sirvió para trabajar en tres niveles de gris. De paso me sirvió para hacerle un regalo a un amigo que se jubilaba. La segunda, con ceras no grasas y lápices de color sobre cartón, es un ejercicio que propuse en clase sobre un texto que debía ser descrito gráficamente.